mientras las nubes engordaban
tanteando el horizonte.
Los días se acortaban muy despacio
sin apenas dejar huella.
Mientras, las noches se enfriaban
y se burlaba la luna.
Los atardeceres, se hacían cada vez más rojos
y los árboles, comenzaban a mudar sus hojas.
Bellos paisajes de montaña
reflejaban un sol menos luminoso.
Los verdes pastos y los azules del mar y cielo
se unían para formar una armonía de blues,
acompañados por las nubes blancas y voluptuosas.
Los primeros aguaceros
humedecían la tierra seca por el sol
y los árboles agradecían esa bendición
como almas en pena,
succionando hasta la última gota
de tan preciado tesoro.
Y así entró revolucionario, un nuevo mes,
dando paso a un paisaje más otoñal
y a una temperatura cálida y acogedora.
Bienvenido Septiembre,
para bien o para menos bien
...te estábamos esperando!
