viernes, 13 de abril de 2018

Un precioso regalo de cumpleaños de mi sobrina Ane

                 

ZORIJONAK IXEKO


Nacida en un núcleo familiar donde otras dos la precedían, y, siendo la pequeña de la familia, tuvo que hacerse un hueco, ganárselo y mantenerlo. Distintas fueron las vivencias, variadas e intensas, unas más que otras, claro está, pero siempre aprendiendo y reafirmándose en aquellas decisiones tomadas.
Distintos  lugares, distintos momentos, distintas personas y la fuente de toda una vida que transcurría, a lo menos emocionante, intuyendo un recorrido de aventuras y desventuras. Más o menos difíciles como fáciles encuentros con la cotidianeidad, remarcando los distintivos que la hacían única y singular. Una mujer especial.

Transcurridos los años conoció el amor y quizás el desamor; conoció las idas y las venidas, las militancias, la lucha por un sistema justo, la negación a la hipocresía y la alabanza a la justicia del proletariado. La negociación, las amistades y enemistades, los viajes en moto y en coche, los animales, el mar...qué inmensidad en calma, como a menudo azotada por la tormenta, con furia y escarmiento, a kilómetros de la orilla que en ocasiones añoraba.
Construyendo una vida enraizada en enseres vívidos, decidió zarpar a la vorágine de emociones que le estaba esperando, arraigados al timón del buque que decidió amar.

Transcurrido el tiempo y teniendo en mente lo que cierta vez, una mujer igual de fuerte gritó a los cuatro vientos (ser feliz es una decisión que hay que tomar todos los días, que no depende de las condiciones de vida que una tenga...sino de la actitud con la cual enfrenta los problemas; la felicidad es eso, ser feliz), navegó, viajó, voló...y aterrizó en distintos lugares, distintos momentos, junto a distintas personas. Y decidió entroncarse junto al capitán de cierto mercante, de cierto lugar, de ciertos orígenes que la asombraron, la intrigaron y la enamoraron.
Y quiso construir. Construyó un hogar, unas amistades, una familia...con la que una vez más, vivió y sigue viviendo aventuras inolvidables, surcando mares y océanos emocionales y abarcando tanto amor como es repartido por ella.

En ocasiones también es posible que recuerde, que como susurró una hermosa mujer (yo quiero construir, pero no soy sino una parte insignificante pero importante de un todo del que todavía no tengo conciencia) sigue construyendo-se y viviendo-se, con todos los regalos que nos ofrece a las personas que tenemos el honor de acompañarla, de tenerla en éstas nuestras vidas, que más lejos de la ficción, son totalmente peculiares y reales.

Eskerrik asko por seguir regalándonos corazones, CORAZÓN.

Anetxu




Gracias maitxia por éste precioso regalo y por hacer que me vea tan bonita a través de tus ojos.
Maite Zaitut Anetxu ♥♥♥



                             

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